Ya entrados en la epidemia de anuncios, informes, recetas, indicaciones, recomendaciones, sugerencias, consejos, opiniones de expertos y de vecinos, comentaré algo al respecto de la influenza porcina:
En Tepic, Nay., el sábado 25 de abril 2009, como a eso de las 13 hs, llevé mi automóvil a lavar a un lugar que se llama, creo, "Xpress". Al llegar a la caseta de cobro, estaba la cajera de siempre, una damita como de 20 años de edad, tosiendo, estornudando, ojos rojos y llorosos, clinessss en la mano, nariz roja, voz mormada; me cobró, le pagué, me regresó mi cambio: un billete y dos monedas y mi boleto para pasar al lavado; le pregunté que si tenía influenza y me dijo que ojalá no y yo también le dije que ojalá que no, le dije que se atendiera en el seguro (queda a una cuadra de este negocio el principal hospital del IMSS en Nayarit) y solo se me quedó viendo, asomó una sonrisilla de tataneca y no dijo mas. De inmediato me limpié las manos con toallitas húmedas que me quedaron de semana santa (ojalá que no haya sido influenza y que se me haya limpiado todo el mugrero).
Una vez que salí del túnel de lavado y entregar el auto a los chavos secadores, le dije al encargado que su empleada en la caja estaba moqueando de lo lindo, tosiendo con singular alegría, estornudando como cachalote y lloriqueando como magdalena, que checara eso por si acaso se tratara de un caso de influenza y que mejor la mandara al MSS; me contestó: "¡...ah caray ni me había dado cuenta...!; sonrió con una cara de pen***jo que ni él se la aguanta y siguió secando un auto recién salido del túnel.
¡México, no te acabes México!
Regresé con la damita y le reiteré que mejor se fuera a consulta; se me quedó viendo y con la mirada me dijo todo.
¡Ni máis!
¿Porqué debemos de esperar a que esté encima de nosotros el problema y reaccionar hasta entonces?
De plano en México la cultura de la prevención no existe, pero qué tal los grandes centros médicos con equipo de resonancia magnética, con hemodinamia, grandes salas de terapia intensiva, ambulancias de alta tecnología, helipuertos en los hospitales, quirófanos flotantes, etc etc etc.
La pura atención al daño... el puro olvido a la anticipación, a la prevención.
Las fotos se ven mejor con delegados, secretarios de salud, gobernantes, directores, posando frente a un gran hospital, frente a 100 ambulancias, cortando el liston de salas de terapia intensiva.
¿A quién le va a interesar sacarse una foto enseñando a la gente a lavarse las manos, a ponerse el cinturón de seguridad, a cruzar las calles por las esquinas, a usar los pasos peatonales, a hacer ejercicio cotidianamente, a toser tapandose la boca con un pañuelo, a cargar objetos pesados con la técnica correcta? A mí sí.
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